Si tienes una Pyme y alguna vez te has preguntado «¿cuánto vale mi empresa?«, en las siguientes líneas voy a dar una serie de ideas acerca de esta cuestión, sin entrar en detalle de las distintas técnicas, pero sí esbozando qué métodos de valoración de empreas se utilizan y cuales en mi opinión suelen ser más correctos.
Por qué realizar una valoración de mi empresa
En primer lugar, habría que decir que hay varios motivos por los que se hace necesaria una valoración de empresa o negocio, entre los cuales considero que estos son algunos de los más utilizados, pero desde luego no los únicos:
- Operaciones de Compraventa de empresa: opción totalmente necesaria para determinar el posible valor de la transacción.
- Valoración de cara a herencias y testamentos: muy útil cuando se trata de partir o repartir bienes, asignando un valor estimado por un tercero.
- Decisiones estratégicas sobre continuidad del negocio o abandono: ¿Qué pasaría si te das cuenta de que tiene más valor liquidar la empresa que seguir con ella? Esto también es posible calcularlo.
- Arbitraje y pleitos: valoración para salida de socios, cuando no hay acuerdo claro.
- O simplemente: «quiero saber cuánto vale hoy mi empresa».
Diferencia entre el precio y el valor de una empresa
En segundo lugar, es necesario decir que estamos ante un valor que para nada es estático y, por tanto, incluso usando lo que se llaman métodos estáticos dicho valor puede ser muy diferente en función del momento y la coyuntura económica y social general.
Una valoración sirve para determinar la diferencia entre estas dos variables:
- Precio: es lo que pagas
- Valor: es lo que consigues
Por tanto, el objetivo claro está. Si eres comprador, el objetivo será pagar menos por algo que tiene más valor. Ahora viene la cuestión difícil, pues el precio es algo bastante objetivo, medible en la cantidad de dinero, en las unidades monetarias que se desembolsan, y que son iguales para comprador y vendedor. Pero no el valor, pues es una cuestión muy subjetiva, con infinidad de variables (no sólo económicas) y que, lógicamente, varía en función de si eres comprador o vendedor.
Ahí es donde se inicia la negociación, hasta llegar a un punto de encuentro en el mejor de los casos, dónde se cruzan para las dos partes ambas variables.
Métodos para realizar la valoración de una empresa
En relación a las posibilidades para llevar a cabo esa valoración, nos encontramos con lo que se llaman:
Métodos Estáticos
Están basados en el balance de la sociedad. Serían los siguientes:
- Valor Contable: Serían los Activos que tengo en la empresa, menos las deudas con terceros. Es una simple resta y equivale el Patrimonio Neto de un Balance de Situación cerrado.
- Valor Contable Ajustado: Igual que el anterior, sólo que los Activos no se reflejan por el valor de la contabilidad, sino por su precio de mercado; por ejemplo una nave adquirida hace mucho tiempo y que se ha revalorizado, por tanto contablemente su valor es inferior, pero el real es mayor y la valoración con este método sube.
- Valor de Liquidación: Del Patrimonio Neto del Balance restamos lo que supondría la liquidación de los trabajadores (indemnización), y otros gastos fiscales y propios de la liquidación.
- Valor Sustancial: Qué me cuesta reconstruir toda la empresa de nuevo.
Todos ellos son estáticos, sólo tienen en cuenta el balance, un ejercicio, y además el pasado. Podrían ser útiles en determinados casos, pero no de forma general, por el motivo indicado de basarse en un solo ejercicio y mirar hacia atrás.
Métodos basados en la cuenta de resultados
- Multiplicadores de beneficios: usan el beneficio medio de un período, normalmente 3 años y se establece un factor multiplicador de los mismos, dependiendo del sector. Hay tablas publicadas sectoriales con los multiplicadores y la evolución de los mismos en varios ejercicios. La cuestión es determinar qué beneficio es el que se va a multiplicar, y si el número está acorde con lo que en otras transacciones similares se ha hecho. El más habitual es el Beneficio Operativo, el llamado EBITDA, y ya pues ver si es x5 o x6 o por el número que se determine.
- Basados en dividendos: en este caso, si no hay reparto de dividendo, obviamente no podríamos utilizar este método.
Métodos basados en las ventas
- Multiplicador de ventas: tan sólo multiplicar las ventas del último ejercicio por un número. Es un caso muy típico en farmacias, por ejemplo, ventas del último año por 2
Todos estos tienen el problema de no incorporar expectativas de futuro, pues se basan en beneficios pasados. Además, los beneficios salen de la contabilidad, que incorpora no sólo limitaciones (también en el caso de valor por balances) sino que además puede utilizar determinados instrumentos legales para acomodar el beneficio a lo deseado y, por tanto, la base para multiplicar debería ser corregida (no siendo siempre fácil realizar esto).
Métodos mixtos
Estos métodos utilizan balance y resultados, por tanto no merecen más comentario y tienen las mismas limitaciones que antes se han dicho.
Método de descuento de Flujos de Efectivo
Posiblemente el que técnicamente pueda ser más correcto y, a su vez, el más complicado. Se trata de establecer unas proyecciones de la Cuenta de Resultados de ahora en adelante; ya encontramos el primer problema, pues hay que predecir.
De ahí obtendremos un Flujo de Caja, una especie de entrada de dinero, de efectivo por año, toda vez que cobramos lo que nos deben y pagamos lo que debemos. Ese flujo por año, hay que usar fórmulas financieras, que permiten “traerlo” al presente, es decir, saber que 100 mil euros dentro de tres años, hoy son 95 mil (me lo invento). La suma de todos esos flujos traídos al presente es el valor de la empresa.
El otro problema, a parte de la predicción, es el de utilizar una tasa de interés adecuada para esa actualización de los flujos futuros. No entrando más en detalles, esto es lo que resulta más complicado, pero hay varias fórmulas para calcularla, y por tanto determinar y justificar el uso de la misma de cara a la valoración final.
Conclusiones sobre la valoración de empresas
El resumen de todo esto es que, de una forma u otra, hay muchas posibilidades para valorar tu negocio y que conocer dicho valor, te puede aportar una visión y una información que resultaría útil para la toma de decisiones. Pues como bien es sabido, se toman mejores decisiones con conocimientos que sin ellos.
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